viernes, 4 de julio de 2014

XXXI

Cuando entra en el salón sé que no espera ver a Eric. Abre los ojos como platos y me mira. Le devuelvo la mira. En ese momento, Eric se levanta a saludarla y mi madre lo abraza. "Pero qué grande estás" le dice. Le ofrece quedarse a cenar y él acepta. La cena se hace amena. Mi madre y Eric conversan, sacan recuerdos y reímos durante un buen rato. Cuando él se va mi madre se sienta conmigo en el salón.
-¿Hoy no viene Carla?-pregunta.
Cierto, me había olvidado de Carla por completo. La llamo y no me lo coge. Vuelvo a llamar y tampoco. Me dijo que iba a venir así que subo a mi cuarto me visto y le digo a mi madre que vuelvo pronto. Son más de las once. Vuelvo a llamarla y continúa sin cogerlo. Cuando llego a su casa escucho gritos en el interior. La puerta se abre y Carla cae por las escaleras luego alguien da un portazo. Me estremezco. Corro hacia ella intentando levantarla. Tiene le labio roto y varios golpes visibles. La miro mientras agacha la cabeza avergonzada y las lágrimas ruedan por sus mejillas. Le prohibo llorar aunque sé que será inútil, quiero entrar hablar con esa cosa pero decido que lo mejor será volver a casa.
Me reprocho a mí misma haberla dejado venir sola aquí. Debía de haberme avisado para haber podid acompañarla pero ella es tan cabezota... Y su padre... no se merece ni que le mirase a la cara. Abrazo a Carla durante todo el camino mientras solloza. Esta vez le ha debido de hacer más daño psicológico que físico, porque por desgracia, está acostumbrada a palizas como esta. Sé que si no me ha avisado es porque le da miedo que a mí me haga algo, pero yo le denunciaría. Ese hombre no puede seguir atemorizando a su familia como lo está haciendo.
Entro con Carla en casa y mi madre la mira incrédula. Abre y cierra los ojos un par de veces intentando que lo que está viendo sea solo un espejismo, pero no es así. En silencio, se dirige a la cocina y saca el botiquín. La seguimos y con la mano le indica que se siente en la silla. Sin hacer preguntas le cura en labio y algunas heridas. Acompaño a Carla arriba a que se de una ducha de agua caliente y se relaje un poco. Cuando escucho el agua correr bajo las escaleras. con cuidado. Mi madre está esperándome abajo, probablemente con un millón de preguntas.
Intento explicarle toda la situación lo mejor que sé y desde el principio. Lloro recordando muchos momentos pero intento evitarlo y a mi madre también se le saltan las lágrimas un par de veces. Ya había hablado esto con ella antes, pero quizás no había sido del todo sincera. Cuando termino de hablar mi madre me abraza para tranquilizarme.
-Voy a hablar con la madre de Carla-susurra-tranquila pequeña, mientras todo esto pasa Carla puede quedarse con nosotros, y si tiene que coger algo puedo ir yo con papá a buscarlo. No tiene que volver más si no quiere por el  momento.
No digo nada, solo la abrazo con fuerza. Carla sale de la ducha y baja las escaleras. Mi madre la tranquiliza a ella también y le asegura que no le va a pasar nada mientras esté con nosotros. Le da las gracias y subimos a mi habitación. Suavemente, cierro la puerta.
 -¿Quieres contarme qué ha pasado está vez?-le pregunto.
-Solo ha bebido más de la cuenta y  se ha enfadado porque se ha dado cuenta hoy de que no estoy yendo a dormir a casa y mi madre tampoco. Solo fui a coger algo de dinero...
-No vuelvas a ir sola ¿vale?-le digo.-Por cierto, mañana es el cumpleaños de Lydia ¿lo tienes todo?
-Sí-responde-Hoy lo he llevado todo a casa de Sara.
-Yo he hablado con todo el mundo. Van a estar allí  a las 6 para ir preparando cosas. Marcus estará por allí para poner orden mientras que llegamos y no.
-Me parece bien-responde Carla.
Nos llevamos un rato hablando por teléfono con Sara. Noto su voz cansada y sé que le pasa algo pero es inútil que le pregunte así que solo intento hacerla reír. Su risa es un poco forzada pero al menos lo intenta. Luego Carla se acurruca en su colchón y se queda profundamente dormida. No tengo nada de sueño así que me siento en el borde de la ventana y observo la ciudad. Siendo sincera, vivo en un lugar bonito. Es un barrio pequeño, un poco alejado del mundo,  pero a mí me gusta. Por eso no quise irme de aquí.
Empiezo a tener algo de frío así que entro y cierro la ventana intentando hacer el menor ruido posible para no despertarla. Ando de puntillas hasta introducirme en mi cama. Miro a Carla mientras duerme intentando quedarme dormida yo también pero...hay algo que me atormenta. Esta noche. Cuando estaba con Eric. Si mi madre no hubiese entrado por la puerta Eric y yo...¿nos habríamos besado? Él iba a besarme ¿no? Y yo tampoco me estaba apartando... Por Dios, ¡cómo podía haber estado apunto de besarle! Él era mucho mayor que yo, solo éramos buenos amigos y yo...yo estoy con Marcus. Estoy bien con él, no podría hacerle eso. Y continúo dándole vueltas hasta que me vence el sueño.
El despertador suena a las siete en punto, maldigo a mi insomnio y pongo los pies en el suelo.  Miro la cama de al lado pero Carla no está. Descalza camino hasta el baño, la puerta está cerrada. Llamo un par de veces y al ver que no responde nadie entro con cuidado.  Carla está sentada al lado de la taza del váter, tiene los ojos llorosos y está pálida. Me arrodillo a su lado separándole el pelo de la cara.
-¿Qué te pasa?-le pregunto-¿Has vomitado?
Asiente con la cabeza pero no articula palabra. Le hago cosquillitas en el pelo hasta que decide hablar.
-Me pasa a veces-dice-me entran ganas de vomitar y ... bueno. No te preocupes. Ya estoy mucho mejor.
-¿Cuántas veces es 'algunas veces'?-pregunto.
-No lo sé...-dice incorporándose-A veces, no lo controlo.
-Avísame cuando te vuelva a pasar-le digo saliendo del baño.
Nos vestimos en silencio. Le doy vueltas y más vueltas a lo que acaba de pasar y estoy tan concentrada que no me entero de que Carla me está hablando hasta que no me toca el brazo para llamar mi atención. Cojemos las cosas y salimos al instituto. En la puerta está Marcus hablando con Ari y Sara, supongo que sobre la fiesta de esta tarde. Me acerco a él y le beso pero por un instante un escalofrío recorre mi cuerpo y me aparto suavemente.
-¿Estás bien?-me pregunta.
-Sí.-respondo con la voz entrecortada.-Claro.
Ya ha acabado el instituto y todo está preparado para esta tarde. Yo me voy a ir con Sara a su casa para preparar las cosas. A las seis llegan los demás y cuando yo avise a Carla traerá a Lydia. Así que cuando Lydia se va a su casa yo recojo las bebidas de la mía y me voy con Sara a su casa para poder prepararlo todo.
Lo que nosotras no sabíamos es que esta iba a ser una tarde muy movidita.